domingo, 22 de marzo de 2009

Martirs

Tras lograr escapar de su cautiverio, la pequeña Lucie es internada en una clínica. Terriblemente traumatizada y sin querer recordar nada de lo sucedido, encuentra su único consuelo en la amistad con otra interna, Anna. Quince años después, Lucie se plantará delante de la puerta de una casa en las afueras. En sus ojos, la ira, en sus manos, una escopeta.

Fuente: Butaca.


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